domingo, 21 de octubre de 2012

Critican empeño crear más impuestos sin bajar gastos



Los economistas Fernando Álvarez Bogaert, Miguel Ceara Hatton y Ernesto Selman lamentaron ayer que se haya roto el diálogo entre el Gobierno y el Consejo Económico y Social (CES) en torno a la reforma fiscal.

Alvarez Bogaert atribuyó la ruptura a que las autoridades necesitan pasar esa ley rápidamente por el Congreso Nacional para que haya un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y poder renegociar la deuda externa.

Ceara Hatton dijo que la terminación abrupta del diálogo refleja la intransigencia con que ha actuado el Gobierno al establecer rígidamente el nivel del gasto de este año, que consideró excepcional.

Pobreza.     Por su lado, Selman consideró ilógico e irracional que las autoridades se propongan extraer mayores recursos de los agentes productivos para seguir financiando un aparato estatal hipertrofiado por las políticas y programas clientelistas que derrochan muchos recursos y favorecen el mantenimiento de la pobreza.

Tras señalar que las autoridades debieron esperar mucho más  tiempo dialogando  para buscar un punto intermedio entre su posición y la del CES, Alvarez Bogaert dijo que el hoyo fiscal es tan grande que el Gobierno  necesita rápidamente pasar la reforma por el Congreso.

Presión del FMI.     Explicó que el caso es que si no lo hace, no podrá haber acuerdo con el FMI ni tampoco se podrá renegociar la deuda que, aseguró, está en una situación tal que solo su amortización absorbería más del 40 por ciento del Presupuesto que se proyecta para el 2013.

Álvarez Bogaert subrayó que la motivación de las autoridades de romper el diálogo estriba en la necesidad imperiosa de conseguir recursos adicionales, por lo que no ha cedido al reclamo de reducir el gasto para el nuevo ejercicio fiscal como planea el CES.

Por su lado, Ceara Hatton dijo que lo que plantea el CES es un aumento del 22 por ciento con relación al gasto del 2011, mientras el Gobierno pretende que sea de un 43 por ciento.

Total locura.     “Sin embargo,  con ese 43 por ciento de aumento que busca,  el Gobierno  está reconociendo como una situación normal el evento que se produjo en este año, que fue una total locura en materia de gatos”, significó el economista.

“O sea –acotó-, no hay forma de explicar por razones económicas un aumento del gasto de RD$141 mil millones, que es el gasto sin incluir el pago de la deuda externa”.

Al ofrecer su parecer, Selman dijo que los planteamientos del CES fueron muy lógicos al oponerse a los  incrementos de impuestos para seguir financiando una estructura del Estado hipertrofiada y con costos que sobrepasan lo que la realidad económica del país puede resistir.

“Esto incluye gastos en programas clientelistas, gastos en corrupción y otros gastos que se han ido de la mano”, sostuvo el profesional de la economía al ser entrevistado por Hoy.

Selman refirió que desde el 2004 al 2011 el gasto público creció en 151 por ciento y para este año se proyecta por encima del 40 por ciento.

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