Además resultaron heridos de bala el raso Elvin Villanueva Solano y el cobrador de la Ruta 17-Morgan José Alberto Alcántara. El cabo policial Israel Marte Severino recibió una pedrada en una pierna.
El estudiante, quien cursaba el quinto semestre de medicina, murió cuando era trasladado del campus de la UASD al hospital de la Policía Nacional. Una nota de la UASD dice que murió tras recibir un disparo en el tórax, en la José Contreras casi esquina Alma Máter.
Pero estudiantes consultados dijeron que su compañero murió en el campus cuando salía hacia la avenida Tiradentes. Familiares de Florián Ramírez se presentaron a Patología Forense compungidos, en tanto estudiantes alterados exigían el arresto de los responsables de la muerte.Fuentes externas incitan. El rector de la UASD, Mateo Aquino Febrillet, lamentó la muerte del estudiante y dijo que de manera recurrente, cuando se producen actos vandálicos participan encapuchados que se infiltran en el centro y que son ajenos a los quehaceres de la universidad. Asimismo, Febrillet informó la suspensión de la docencia hoy y mañana en todos los recintos de la universidad estatal.
Calificó a los protestantes como anarquistas porque realizan acciones vandálicas que alteran el orden. Dijo que fuentes externas incitadas por partidos políticos habrían producido los disturbios en la UASD.
La FED advierte. De su lado, el presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), Ambiórix Rosario, acusó a los agentes de la Policía Nacional de haber asesinado al estudiante y advirtió que las protestas continuarán.
El adiós. Antes de ser llevado a su natal San Juan, el cuerpo de Florián Ramírez fue trasladado a la facultad de Medicina de la UASD. Allí sus compañeros encendieron velas y le despidieron. Su padre, José Florián, negó que él participara en los disturbios y afirmó que le había instruido que se marchara cuando hubiese una protesta. Le pidió a Aquino Febrillet que identifique a los asesinos.
Testimonio
Polita barceló
Cuando William murió…
Yo estaba en ese momento ahí, en la avenida José Contreras con Alma Máter, y lo vi todo. Iba a cruzar esa calle y me devolvieron. Pensé, de loca, que podía meterme en el tiroteo. Vi a la Policía disparar a lo loco por las rendijas de la verja y me quedé sorprendida. El joven brincó, le dispararon y ahí lo dejaron. No dejaban que nadie se acercara a recogerlo. Interrogué a un policía y le pregunté que si iban a dejarlo morir y él dijo: ”doña, váyase para allá, que no puede seguir ahí”.
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